México y el panorama del T-MEC
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) busca continuar con los éxitos del tratado original, el TLCAN, y dentro de esos logros cabe destacar:
• Eliminación de barreras arancelarias.
• Incremento de las exportaciones.
• Mayor atracción de inversión extranjera directa.
• Generación de cadenas regionales de valor (NAFTA chains).
En todos los rubros anteriores el TLCAN tuvo importantes resultados. En el caso de los aranceles estos se redujeron a cero, es decir, las mercancías ya no tienen impuestos de comercio exterior que pagar.
De igual forma, las exportaciones mexicanas tienen como destino principal al mercado estadounidense con una cuota de participación de alrededor del 80%.
Respecto a la atracción de inversión extranjera directa (IED) por parte de los países de América del Norte, tan solo Estados Unidos representa aproximadamente el 46% de la IED en México.
Sin embargo, el nuevo T-MEC tiene retos aún mayores ya que en un contexto de globalización el panorama luce complejo en diversos ámbitos: caída en los precios del petróleo, volatilidad en los mercados financieros, conflicto comercial entre China y Estados Unidos, y pandemia derivada del COVID-19.
La misión del T-MEC luce titánica, más no imposible, debido a que en el pasado y presente inmediato, el acuerdo comercial ha dado muestras de efectividad con resultados tangibles. Para el T-MEC viene el novedoso objetivo de consolidar a Norteamérica como la región más competitiva del mundo, y existen varios elementos para reforzar esa visión de competencia a escala global.
Factores macro de Norteamérica
Tamaño del mercado. En primer lugar, el mercado formado por México, Estados Unidos y Canadá representa una población de casi 500 millones de potenciales consumidores. Además, las tres economías son complementarias y cada país aporta cosas distintas a la región, desde los vastos recursos de Canadá, pasando por el poder adquisitivo estadounidense hasta el capital humano calificado y fuerza laboral de México.
Competitividad global. Presentar a la región de Norteamérica como un frente común ante el mundo nos da muchas ventajas en lo geopolítico, económico y comercial, ya que el bloque norteamericano puede plantarse de forma unida frente a otras regiones como Europa, los países del Asia Pacífico o la misma China.
Oportunidades para México en el T-MEC. El efecto del “Cisne Negro” en la economía internacional puede generar un reacomodo en las cadenas de suministro y si bien es cierto la situación se torna complicada para todo el mundo, se pueden abrir ventanas de oportunidad para México y, por ende, para los tres países de Norteamérica.
Al ser Asia el origen de la pandemia, existe la posibilidad de que muchas compañías con elaboración de productos globales cambien sus líneas de producción, y ahí se encuentra la ocasión ideal para ofrecer la plataforma manufacturera de México y de todo el bloque regional para atraer nuevas inversiones.
Consideraciones finales. Es importante señalar que afortunadamente nuestro país ya cuenta de forma y de facto con un tratado de libre comercio que ofrece ventajas y beneficios para los tres países y hago referencia al TLCAN.
En ese sentido, el novedoso T-MEC es una excelente iniciativa para reafirmar y relanzar a la región sobre todo en un contexto de incertidumbre, pero es igual de importante cumplir cabalmente con los lineamientos técnicos, tal es el caso de las reglas uniformes o las propias reglas de origen.
Sin duda alguna, debemos mantener una visión estratégica ante los enormes retos que se avecinan, pues México y Norteamérica aún tienen excelentes condiciones para la competencia mundial.
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