Oportunidad para México en T-MEC: Diversificación de exportaciones dentro de EU
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido sin duda un instrumento muy valioso para proyectar a nuestro país en calidad de plataforma logística global de alto valor agregado. Dicho argumento se sustenta en varios factores enlistados a continuación:
Posición geográfica estratégica.
Eliminación total de aranceles entre México, Estados Unidos y Canadá.
Mayor atracción de inversión extrajera directa.
Aumento en las exportaciones nacionales al bloque del TLCAN.
Bajo esas mediciones, el TLCAN original de 1994 logró objetivos concretos e impulso a la región de Norteamérica como una de las más competitivas a escala mundial. Ahora, el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) plantea retos y oportunidades en campos que no se encontraban contemplados en el antiguo acuerdo, tal es el caso de la inclusión de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en las cadenas globales de valor, o el comercio electrónico que pretenden ir en sintonía con los tiempos actuales.
Sin embargo, fuera del análisis técnico-jurídico-arancelario del T-MEC se debe mantener una visión importante de negocios internacionales, así como velar por los beneficios para México en este nuevo acuerdo.
En ese sentido, debemos tomar en consideración que el mercado integrado del bloque T-MEC representa un mercado potencial de alrededor de 500 millones de consumidores, y nos da acceso a la mayor economía del mundo: Estados Unidos.
Desde la perspectiva de las empresas, el mercado estadounidense es el más importante para las exportaciones mexicanas, y vale mucho la pena observar el comportamiento de nuestro comercio exterior dentro de ese país.
Para efectos prácticos, los estados que conforman a la confederación de Estados Unidos tienen en la mayoría de los casos el tamaño económico y comercial de algunos países considerado potencias, para muestra los ejemplos de California y Texas, quinta y décima economía a nivel mundial, respectivamente.
Bajo ese orden de ideas, el estado de Texas (29.12%) representa nuestro principal socio comercial seguido por Michigan (16.26%), California (13.04%) Illinois (3.58%) y Tennessee (2.88%).
Esto quiere decir que dentro de Estados Unidos existen posibilidades de diversificar nuestras exportaciones dentro del mismo territorio americano, por ejemplo, se pueden explorar las ventajas en el estado de Florida que, aunado a su relevancia económica, cuenta con importantes rutas y puertos marítimos que pueden conectar aún más con los mercados mexicanos y centros de consumo, o bien, profundizar los lazos comerciales con Pensilvania que, a través de su puerto en Philadelphia especializado en la cadena de frío, nos abre la puerta para accesar a los grandes centros de consumo de la costa este estadounidense.
En esta nueva etapa de Norteamérica y con el T-MEC al frente, será necesario tener una dinámica proactiva, así como una visión empresarial para detectar esas oportunidades que ofrece el tratado, e innovar en la forma de hacer negocios globales.
Para lograr eso, la triple hélice (sector público, sector privado y academia) es indispensable en el impulso del bloque de países que forman el T-MEC, para proyectar a la región como la más competitiva del mundo.
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