T-MEC: La carta fuerte de México

El primero de julio de 2020 será una fecha histórica para el comercio exterior mexicano, ya que finaliza toda una era marcada por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) e inicia una nueva página en la exitosa historia del libre comercio con el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, ahora denominado T-MEC.
Durante los 26 años de operación del TLCAN se logró posicionar a la región de Norteamérica como una de las más dinámicas y competitivas del mundo. En el caso particular de México, pasamos de un modelo cerrado, proteccionista, basado en la sustitución de importaciones, hacia un modelo abierto, orientado al desarrollo exportador y a la economía de libre mercado.
Cifras y resultados: del TLCAN al T-MEC
En un breve recuento de los resultados del TLCAN, podemos considerar lo siguiente:
- México se convirtió en el principal socio comercial de los Estados Unidos y, a su vez, Estados Unidos se afianzó como el principal socio de México.
- Cerca del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino final el mercado de Norteamérica.
- Estados Unidos, México y Canadá representan un 18.3% del PIB mundial.
- Respecto a la atracción de inversión extranjera directa (IED), los tres países del TLCAN captan una cuota del 23 % de la IED global (primer receptor mundial).
- Entre los 3 países de América del Norte se tiene una población aproximada de 500 millones de personas. Además, un complemento megadiverso de recursos naturales, tecnología, capital y fuerza laboral calificada.
T-MEC: Un nuevo enfoque del comercio
La dinámica del comercio internacional era muy distinta en 1994, fecha de entrada en vigor del TLCAN. En esa época el centro del debate estaba en la eliminación de los aranceles, en la derogación de las cuotas de importación, en generar un libre comercio basado en reglas claras para economías asimétricas.
En la actualidad, la visión del comercio ha cambiado de manera considerable y ahora la competitividad depende de factores adicionales a la eliminación de aranceles; el transporte, la logística internacional, los puertos, la infraestructura y la innovación tecnológica son indispensables para la optimización de tiempos y reducción de costos dentro de las cadenas de valor.
Por esas nuevas tendencias comerciales el T-MEC contempla temas acordes a la realidad de los tiempos, un total de 34 capítulos con 24 de ellos modernizados, y 10 nuevos capítulos señalados a continuación:
- Aduanas y facilitación del comercio (7).
- Anexos sectoriales (12).
- Comercio digital (19).
- Laboral (23).
- Medioambiente (24).
- Pequeñas y medianas empresas (25).
- Competitividad (26).
- Anticorrupción (27).
- Buenas prácticas regulatorias (28).
- Política macroeconómica (33).
Pymes en el T-MEC
En definitiva, el comercio exterior es un motor de la economía nacional y ese sector aporta 1 de cada 6 empleos en el país, también vale la pena mencionar que las personas con trabajos en empresas exportadoras perciben alrededor de 34% más de salario que los trabajadores con empleos en empresas sin vinculación a los mercados en el exterior.
Sin embargo, un gran pendiente del TLCAN y del comercio internacional en general, es lograr subir a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) dentro de las cadenas globales de exportación, y de esa forma permear los grandes beneficios del intercambio comercial.
El nuevo capítulo 25 del T-MEC está dedicado a las Pymes y eso crea oportunidades para un sector importante de la economía nacional.
Algunos aspectos destacables del capítulo 25 del T-MEC son:
- Creación del Comité de Asuntos Pymes.
- Diálogo trilateral de las Pymes.
- Intercambio de Información entre autoridades de los tres países T-MEC para inclusión de las Pymes en las cadenas globales de exportación.
Poner en el centro de atención a las Pymes mexicanas en el marco del nuevo T-MEC es muy oportuno, y tendremos que impulsar a las empresas nacionales para que puedan ser más competitivas en el comercio exterior.
Contexto actual de entrada en vigor del T-MEC
El panorama actual dentro del cual el T-MEC entra en vigor es complejo, pero abre ventanas de posibilidades muy interesantes. El conflicto comercial entre China y Estados Unidos al tiempo de la aprobación del nuevo T-MEC se da en una coyuntura crítica, ya que las cadenas de valor destinadas a la elaboración de productos mundiales están en su mayoría establecidas en Asia.
Es muy probable que exista un reacomodo de esas líneas globales de producción y las empresas multinacionales busquen realizar nuevas inversiones en otros horizontes.
Bajo ese orden de ideas, el bloque de países T-MEC tiene una vocación clara para la atracción de IED, tal es el caso de una zona libre de aranceles. Asimismo, México con su posición geográfica estratégica puede fungir en calidad de plataforma logística continental.
Las conexiones de nuestros puertos marítimos (puerto de Veracruz) con los mercados de Europa, y desde el Pacífico mexicano (Manzanillo) con Asia, nos siguen posicionando como el mejor centro de distribución y valor agregado para enlazarnos con la economía más grande del mundo: los Estados Unidos.
Reflexiones finales y visión del futuro
La entrada en vigor del T-MEC nos habla de una atinada continuidad en la política comercial internacional de México, y reafirma a nuestro país como una pieza clave en la región de Norteamérica. En esencia, el nuevo tratado es un instrumento jurídico-macroeconómico importante para elevar la calidad de vida de los mexicanos a través de más empleo, más inversión y más comercio.
Por último, vale la pena remarcar que el TMEC no es la panacea y por sí solo no podrá otorgar todo el potencial de sus beneficios. Aquí todos tenemos una tarea relevante, desde el sector público, sector empresarial, sector académico y sociedad civil organizada que debemos de involucrarnos, profundizar en el conocimiento y ver las oportunidades, al final todos vamos en el mismo barco.
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